Prólogo

Finales de noviembre.

Poco después de que Fujiwara Sandai llegara a recoger a Shino, su novia gyaru, de su trabajo a tiempo parcial, como de costumbre, se dio cuenta de que algo no iba bien con ella.

Normalmente, cuando Sandai iba a recoger a Shino, tenía una sonrisa en la cara como diciendo que lo había estado esperando, pero… hoy estaba extrañamente callada y parecía como si estuviera dándole vueltas a algo.

— ¿Qué pasa? — preguntó Sandai.

Shino apartó la mirada y, de repente, se paró en seco y se mordió el labio inferior.

— ……

Shino era de las que hablaban inmediatamente si pasaba algo, pero que guardara silencio así era realmente inusual.

En un momento así, aunque él la obligara a hablar, sólo conseguiría dificultarle innecesariamente la conversación. Sandai dejó de caminar y decidió esperar a que Shino empezara a hablar.

Después de varios minutos, mientras la luz de la calle parpadeaba repetidamente, Shino finalmente abrió la boca. —Así que tengo una… petición que hacer… — Shino cerró los ojos con fuerza, juntó las palmas de las manos e inclinó enérgicamente la cabeza. —¡Ayudadme a estudiar! ¡Quiero evitar suspender los finales! Dijiste antes que me ayudarías a estudiar si lo pasaba mal para los finales, ¿Verdad? Lo siento, ¡Contaré contigo!

Por lo visto, Shino quería que Sandai la ayudara a estudiar, y por eso aceptó la oferta que Sandai le había hecho antes de que confiara en él a la hora de la verdad.

Por eso, al mismo tiempo que Sandai comprendía por fin el porqué, se preguntaba también, ¿Es una petición para preocuparse tanto?

Sandai no era de los que odian ayudar a estudiar, y ya lo había mencionado antes, así que Shino también debía entenderlo.

Entonces, ¿Por qué?

Sandai se quedó pensando un rato, y entonces se dio cuenta──se dio cuenta de que apenas quedaba tiempo para los exámenes finales.

— No me importa ayudarte a estudiar, pero ¿no es un poco tarde para pedírmelo? Falta una semana para los exámenes finales…

En efecto, sólo quedaba una semana para que comenzarán.

El alcance de los exámenes sería amplio, difíciles también, y sería difícil afrontarlo cuando sólo quedan tantos días.

Sin duda, Sandai le había dicho a Shino que confiara en él a la hora de la verdad. Pero eso fue a principios de este mes, hace unas tres semanas.

En aquel momento, incluida la semana que quedaba hasta entonces, quedaba casi un mes para que comenzaran los exámenes. Precisamente porque quedaba tanto tiempo, Sandai le había dicho con confianza que confiara en él.

Estaba más allá de sus expectativas que le pidieran que la ayudara de alguna manera cuando quedaba una semana.

Me encantaría tener al menos dos semanas. Ojalá me lo hubiera pedido antes, aunque… nah, no puedo volver el tiempo atrás. Ahora que ella vino a mí, sólo contemplar cosas es una pérdida de tiempo.

Algunas personas se enfadarían y exasperarían en un momento así, pero Sandai no albergaba tales sentimientos y se limitaba a mirar hacia delante.

Por un lado, porque eran pareja, pero también porque simpatizaba más con las circunstancias y los sentimientos de Shino.

Shino solía dedicar gran parte de su tiempo libre a su trabajo a tiempo parcial y no se permitía el lujo de pensar en los exámenes. Y en medio de tal circunstancia, fue consciente de los inminentes exámenes finales, recordó las palabras de su novio e intentó confiar en él.

Así que si se enfadara y exasperara con Shino, eso sería simplemente insensible. No había forma de que Sandai fuera capaz de hacer algo así.

De todos modos, tratando de hacer lo que podía hacer por ahora, Sandai sacó un libro de texto y un cuaderno de ejercicios de su mochila, y se puso a pensar en cómo debía ayudarla a estudiar en esta única semana mientras caminaba.

— ¿Estás enfadado…?

— No estoy enfadado.

— ¿En serio?

— De verdad. Ahora mismo estoy pensando cómo debería ayudarte a estudiar. Espera un poco.

Aunque no era absoluta, existía la llamada tendencia de las preguntas que salían para cada asignatura y profesor. Sandai lo había entendido hasta cierto punto.

Teniendo eso en cuenta, un plazo de una semana era tan difícil como imprudente. Aunque, ya que se contaba con él, como su novio, quería hacer algo de alguna manera como ella.

— …Lo siento. Debería haberte preguntado antes.

— No hay necesidad de que te disculpes. Fui yo quien dijo que podías confiar en mí. Soy responsable de mis palabras. Tengo que cumplir con mis responsabilidades.

— …

— Es el último minuto, así que va a ser una semana llena de estudio.

— …De acuerdo. — Mirando ligeramente aliviada, Shino dio un pequeño asentimiento.

Sandai sonrió y enrolló el libro de texto que tenía en la mano.

— Vamos a trabajar duro.

— ¡Sí! Daré lo mejor de mi── ¿nn? Oye Sandai… hay algo que quiero preguntarte…

— ¿Qué pasa?

— ¿Por qué estás enrollando el libro de texto?

— Lo diré otra vez, pero no estoy enfadado. Tampoco estoy exasperado. Dicho esto, sólo hay pocos días. Lo sabes, ¿verdad?

— ¡Entiendo que sólo tenemos una semana, y no otra!

— Así es. Pensando normalmente, se volverá espartano en una situación como esta, ¿verdad?

— Eh──mmmmnnnnggg.

— Se va a poner así, ¿verdad?

— ¡Estás enfadado, estás totalmente exasperado!

— No, no lo estoy.

Sandai empujó y presionó el extremo del bastón hecho con un libro de texto enrollado en la mejilla blandita de su adorable novia.

No estaba enfadado ni exasperado, ni lo más mínimo. Sinceramente, tenía el deber de guiar a Shino para que no fracasara.

Sin embargo, Shino probablemente se desmotivaría sólo con un bastón, por lo que también sería necesario algún tipo de zanahoria[1]. La cuestión era qué tipo de zanahoria había que preparar.

De todos modos, empezaron los días de hacer estudiar duro a Shino.

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[1] Mark: Supongo que quiere decir darle alguna recompensa.